Nuestro artículo de este mes lo
queremos dedicar al gran poeta valenciano Miguel Hernández en el 75 aniversario de su muerte.
Miguel Hernández Gilabert nació en Oriola (30 de octubre de 1910) y
murió el 28 de marzo de 1942 en la prisión de Alicante de tuberculosis.
Miguel Hernández Gilabert nació
en Oriola (30 de octubre de 1910) y murió el 28 de marzo de 1942 en la prisión
de Alicante de tuberculosis.
Desde muy pequeño cuidó las
cabras y ovejas familiares. Pudo estudiar bachillerato, con ayudas externas,
pero cuando acabó, aunque tenía una beca para seguir estudiando, y como solía pasar en aquel tiempo en las
familias humildes, su padre no le dejó, ya que lo necesitaba para cuidar de los
animales es decir, lo necesitaba de pastor.
A él le gustaba mucho leer y sus
visitas a la Biblioteca Pública se hicieron cada vez más frecuentes, alternando
el cuidado de los animales con la lectura. Y así, mientras cuidaba el rebaño
escribió sus primeros poemas. Puede afirmarse que fue una persona completamente
autodidacta.
Llegó a formar un grupo literario
con otros jóvenes de su pueblo y poco a
poco, se fue relacionando con escritores de su época dando a conocer sus
poemas. Se relacionó con Pablo Neruda, Vicente Aleixandre, Federico García
Lorca y Juan Ramón Jiménez. Pertenece a la generación del 27.
Su relación con Andalucía fue muy
intensa. En la Guerra Civil estuvo destacado en varios frentes, uno el de Jaén,
y además su esposa (Josefina Manresa) era natural de Quesada lo que le llevó a escribir
“Aceituneros”.
En 2012 “Aceituneros” se convierte en el himno de la
provincia de Jaén.
En 2015 en Quesada se inaugura un museo dedicado al poeta y
a su esposa.
Actualmente su legado pertenece a la Diputación de Jaén que
en diciembre de 2016 digitalizó 6.000 archivos, de los muchos que posee, para
que se puedan consultar por Internet en la página de la diputación y la del
I.E.G. (Instituto de Estudios Giennenses).
Hoy en día sus poesías siguen vigentes en la voz de multitud
de cantantes como Juan Manuel Serrat, Paco Ibáñez,…..
El poema consta de 12 estrofas y empieza así:
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma:
¿quién,
quién levantó los
olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.